Carlos tenía 42 años. Llevaba meses entrenando por su cuenta, siguiendo rutinas de YouTube, comiendo “más o menos bien”, pero no veía ni cambios físicos ni mejoras en su energía.

Estaba frustrado, y aunque no lo decía en voz alta… empezaba a pensar que “esto no era para él”.

Me escribió con una frase muy clara:

❝ Jose, lo estoy dando todo… pero no veo resultados. ¿Qué estoy haciendo mal? ❞

Reservó una de nuestras videollamadas.
Durante la sesión, hablamos sin filtros.

Revisamos sus hábitos, su rutina, su alimentación, su descanso, sus expectativas. Le mostré lo que estaba bloqueando su progreso.

Y sobre todo, le devolvimos la claridad.

Hoy, Carlos entrena menos pero mejor.

Se siente fuerte, más ligero, duerme mejor y ha dejado de obsesionarse con la báscula.

Ha entendido que no era cuestión de esfuerzo, sino de dirección.

Y todo empezó con una conversación honesta.
Una videollamada que le cambió la perspectiva… y el cuerpo.