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Los principios del entrenamiento de la fuerza tiene como objetivos básicos crear y adaptar un entrenamiento eficaz cuyo objetivo final es la asimilación de nuevos hábitos motrices y el desarrollos de las cualidades del individuo, ya sean fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad o coordinación.
Para ello existe una relación en la metodología, planificación, organización y control del entrenamiento, ya que no existirá una mejora en las capacidades y una obtención de altos rendimientos si no se siguen estos principios.
La metodología podrá ser siempre variada, pero los principios serán inmutables:
A la hora de aplicar los distintos métodos de entrenamiento, debemos partir de que el organismo funciona como un todo (interrelación de todos los sistemas) y que el fallo en uno de ellos imposibilita el entrenamiento, por tanto el desarrollo de las cualidades deberá realizarse de forma simultánea y paralela, con predominio de un sistema u otro en función de:
Vamos a ver ahora cuales son los principios del entrenamiento.
La preparación debe de tratar de abarcar simultáneamente todos los factores del entrenamiento, ya que con una preparación multifacética se consiguen mejores resultados.
El trabajo en una única dirección mejora sus resultados, pero se regresa en los demás.
Un ejercicio aislado o un entrenamiento muy distante de otro, no producirá mejoras en el organismo, ya que no será posible la super compensación, por lo tanto para que exista una mejora, es necesaria una preparación continuada.
Entrenar más, no significa mejorar más, para mejorar más, es necesario entrenar mejor, ya que es lo que proporcionará nuevas adaptaciones.
Mediante la repetición sistemática de ejercicios y aumentando su intensidad progresivamente, el sujeto va adaptándose a esfuerzos cada vez más intensos en cantidad y calidad, por lo tanto, a medida que aumenta su capacidad funcional, deben de aumentar también los esfuerzos.
Si no se cumple esto, el deportista se estancará.
En todos los deportes subsistiría la preparación general, pero hay una transferencia en cuanto a la técnica a desarrollar.
El desarrollo de destrezas especificas exige cierta familiarización con los objetos o móviles que deben de ser utilizados en la especialidad que se practica (mejora de la coordinación de los movimientos del cuerpo para la utilización de dichos objetos).
Por lo tanto, el entrenamiento debe plantearse de forma que se acerque a la realidad del juego o competición.
Las mejoras a través del entrenamiento aumentaran sus resultados, cuando el deportista practica una estimulación nerviosa voluntaria (atención, concentración, voluntariedad, buena actitud…), si el trabajo no goza al 100% de estos elementos, existirá una mejora, pero siempre muy por debajo del nivel deseado.
Sin la aplicación de cargas, descansos debidos, adecuación entre entrenamientos a la capacidad del deportista, no puede hablarse de entrenamiento eficaz.
Partiendo de que cada deportistas es un todo con características completamente distintas, las respuestas dadas a la aplicación de un estimulo serán totalmente distintas, los ello, la aplicación de esfuerzos requiere una estricta individualización de los medios a emplear, es decir, adecuar el entrenamiento a cada persona.
Aquí radica la gran importancia de un Entrenamiento Personalizado es primordial para cada Persona cuando se quiere mejorar